lunes, 16 de enero de 2017

Amor se escribe sin Hache

Aparentemente una "simple" parodia a la novela romántica que esconde muchas otras críticas cargadas de sarcasmo, ironía, pero sobre todo buen humor.
Los protagonistas son Lady Brums, una señora muy moderna que disfruta de la vida con un repertorio de amantes acorde a sus necesidades, emancipada y que sabe lo que quiere, o quizás no, pero eso forma parte de un segundo plano poco trascendental. Zambombo, por su parte, es un enamorado de la vida, prendado de Lady Brums. Digamos que conforman la perfecta antítesis de pareja al uso en las novelas románticas.
Aún así, no podemos decir que el "romance" en sí sea el protagonista de esta novela, sino el hilo conductor que sirve de tendedero para poder colgar cada una de las perlas humorísticas que el autor nos presenta.
Unas cuentas tan dispares y variopintas que conforman un collar de lo más barroco y singular. Pues cada "capítulo" o sección del libro sigue una especie de orden aleatorio, desigual y de lógica particular que nos hace perdernos un poco si creemos que hay un camino que recorres.
La lectura de esta obra puede asemejarse al paseo por una selva tropical. Machete en mano y con la mayor concentración puedes adentrarte en lo más profundo y encontrar un claro con césped artificial y piscina climatizada. De pronto buscar lógica se convierte en algo completamente absurdo, pero para que la lectura no roce lo demencial, es necesario mantener la concentración, leer pequeños pasajes.
Ojear o echar una mirada rápida para empaparte del contenido es totalmente imposible, pues no hay cabida para la lectura ágil.
Se trata de una obra a a que hay que dedicar tiempo si se quiere disfrutar. De lo contrario acabaremos con la cabeza hecha una zambomba.

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