miércoles, 28 de agosto de 2013

Arco iris low cost

Muchas veces en el supermercado juzgamos un producto por su envoltorio. Nos llevamos el que tenga la foto más bonita, el que sea de un color más vistoso o el que más se ajuste a nuestras necesidades según su carátula. Sin ir más lejos, con el maquillaje ocurre lo mismo: "todo lo que es negro tiene que ser bueno y lo dorado caro", pensamos.basándonos en las "grandes marcas" del mercado. Pero no siempre es oro todo lo que reluce. Como ejemplo podemos poner ese famoso desmaquillante bifásico de marca blanca de ese supermercado francés tan conocido. Sí, sí, todos los limones aquí presentes me entienden. Ese del que hay dos versiones: La normal con un bote transparente de toda la vida y otro pro en un bote negro. Ambos productos contienen los mismos componentes, en el mismo orden incluso, aunque desconozco si también en la misma cantidad cada uno de ellos. La única diferencia aparente es el envase y el precio, claro está.

De esta manera, cuando buscamos algo barato, por lo general, nos guiamos por el arco iris low cost. De manera que, si necesitamos unos muebles baratos que nos sean funcionales, pesen poco y tengan algo de gracia lo más probable es que visitemos esa tienda sueca. Ese laberinto sin fin, con un montón de "obstáculos" visuales que hacen que te entretengas en cualquier esquina, te lleves lo que no quieres y olvides por completo lo que de verdad andabas buscando. Un buen sitio en el que encontrar lápices gratis. Incluso un restaurante perfecto para estudiantes Erasmus a los que, aún estando las navidades a la vuelta de la esquina, no les han ingresado la beca. Un menú de aspecto sospechoso que el susodicho arriba nombrado engulle sin muchos miramientos. Después de eso no querrá ver una salchicha en su vida (qué mal ha sonado eso), pero habrá sobrevivido el primer semestre. 

También existe el caso del estudiante Orgasmus que prefiere aprovechar la ubicación, la novedad, la falta de control paternal, el tiempo libre y no tan libre o cualquier otro paradigma para viajar. Pero es estudiante y como la propia palabra indica: usuario del arco iris low cost. Así pues, comprará un billete por internet, facturará on- line y, por supuesto, viajará sola y exclusivamente con equipaje de mano. Una mochila del decathlon de toda la vida...la vida de la tienda claro, porque antes era otra cosa

Pero aunque lleve una mini maleta de cabina elegirá esa aerolínea irlandesa. Sí, sí. ¡Esa, esa! La más barata. Esa que tiene esos asientos de guagua urbana en los que, en condiciones normales, apenas te sientas. Esa que cobra muchas cosas "esenciales" para la gente que suele viajar con otras compañías y que tanto les indigna. Cosas que no necesita nadie que lo único que quiera es que lo lleven a otra parte, a conocer mundo y a pasar experiencias inolvidables. Alguien que, con la ayuda de un buen libro, convierte el viaje en avión en un "interviaje" a otros mundos antes de llegar al país de destino. 

Lo sé. Es difícil concentrarte en una historia cuando intentan venderte cigarrillos electrónicos y calendarios de azafatas (solo en invierno) durante todo el trayecto. Que dicho sea de paso: ¿Por qué no hacen uno de azafatos? Sería más interesante, no cabe duda.

Pero hay veces que lo barato sale caro. Uno consigue muebles que con suerte conseguirá revender si no se han disuelto antes por la acción de alguna fiesta. Antes bien, por mucho que se consiga vender el armario queda mucha basura muchos recuerdos, fruto de los múltiples viajes que hemos hecho gracias a esa aerolínea tan barata. ¿Y ahora qué? Utilizamos nuestro barómetro "arco iris low cost" y buscamos los colores económicos por excelencia para encontrar la solución definitiva y poder llevárnoslo todo, incluido ese sombrero mejicano...

Ahora bien, en correos descubrimos que no hay que juzgar a un libro por su cubierta. Nos sale más barato ir a Finlandia que traernos todos esos cachivaches, que ni nos caben en el cuarto. Así pues, decides donarlos, regalarlos, subastarlos, tirarlos o pintarlos de colores low cost antes de mandarlo en cohete a velocidad caracol a nuestra humilde morada.

sábado, 24 de agosto de 2013

Un día de esos...

en los que:
-te preguntas qué demonios estás haciendo con tu vida. Más allá de los míticos ¿a dónde vamos? y ¿de dónde venimos? El primer interrogante es mucho más trascendental, a la vez que simple, que las otras dos cuestiones. Pues mientras el segundo y el tercero poseen un sentido global y son tema fundamental de varios filósofos, el primero solo nos incumbe a nosotros mismos. A un solo individuo. 

Es por eso que es un día de esos en los que:
-eres egoísta y solo tus problemas te importan. Son los peores. Seguro que no. Pero para ti lo son. No hay nadie que lo esté pasando peor por muy cruel y despiadada sea su muerte. "Al fin y al cabo encontrará la paz después de tanto sufrimiento". 

De manera que es un día de esos en los que:
-los males ajenos no te "consuelan" y no hacen que pienses que tienes una vida maravillosa con respecto a muchos otros seres. Si bien las comparaciones son odiosas, las haces para hundirte más en tu pozo de excrementos putrefactos, sentimientos cadavéricos, pensamientos pestilentes y reflexiones nauseabundas. 

Por este mismo motivo es un día de esos en los que:
-evitas tener contacto humano alguno. Solo alimentaría tu ira. No deseas que te pregunten nada. Ni siquiera la hora. Nada que ellos quieran saber de ti es de su incumbencia. Aunque, quizás sea lo que necesites. Hablar. En realidad, quieres hacerlo. Pero tienes tus predilecciones. No hablarías con cualquiera. 

Pero debido a ese "capricho" es un día de esos en los que:
-te sientes ignorado. Y el malo eres tú, por pretender captar la atención de alguien. Por pretender que alguien te haga caso por obligación. 

Aún así, si respondiese, podría convertirse en uno de esos días en los que:
-comenzarías diciendo: me encontré a Laura y me dijo que [...]. Después de ello, en el caso que te respondiese, te diría: Bueno ¿y tú también quieres hacerlo porque te lo haya dicho ella?¿Qué es lo que quieres hacer tú? Te sientes vacío y no por no haber comido. Y romperías a llorar...

porque es un día de esos en los que:
-da igual que sea sábado. No sabes si cortarte las venas o dejártelas largas. Optas por la segunda opción porque sabes lo difíciles de mantener que son los peinados a lo Victoria Beckam y eres, por naturaleza, una persona práctica. Además, crees que es de cobardes cortar por lo sano y seguir la moda. 

Pero ¿qué ocurrirá la próxima vez que vayas a la peluquería?
¿Cambiarás de opinión?
¿Te convertirás en una fashion victim?

Sabes que volverá a haber un día de esos en los que...