domingo, 11 de diciembre de 2011

El dinamismo mental, hilo conductor de la holgazanería

Las musas de la vigilia no se han apartado de mi vera a lo largo de estos meses; no obstante, la obstinada haraganería ha importonudo cualquier intento de expresión. Pero dejando atrás cualquier tipo de pretexto, disculpa o justificación ha llegado el momento de plantarle cara a la desidia.
Ha comenzado una lucha encarnizada con el presente imperecedero influenciado por los reflexiones del ayer que no dejan avanzar hacia el mañana. El propósito es encaminar el combate. La conciencia, cual escollo en el camino, es un arma de doble filo: por una parte, no deja de recordarnos nuestros quehaceres; por otra, recapitularlos nos impide llevarlos a cabo en ese momento.Así pues, nuestra estratagema debe consistir en discurruir y actuar al unisono, u omitir la primera acción en caso de carecer de tiempo. No se trata de actuar sin seso; antes bien, no todas nuestras actos cotidianos requieren la premeditación de un asesinato con alevosía. Asimismo, el crimen perfecto no existe y postergar la acción podría producir que esta finalmente no se ejecutase. Y sin esbozar nuestro diseño nunca podremos llegar a adivinar si era favorable o contraproducente. Puede que nunca lo descifremos.
Todos sabemos que "errar es humano" y "equivocarse es de sabios", así que, "más hacer y menos hablar". Aunque al final no quede claro si al terminar de escribir esta entrada haya sido diligente, por haberme enfrentado de nuevo al blog; o todo un zanguango que busca cualquier tipo de pretexto para evadirse de sus verdaderos quehaceres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario